En los últimos tres meses, la propagación de la Influenza Aviar en el Reino Unido ha llevado al sacrificio de 1.8 millones de aves de granja y en cautiverio, según informes oficiales.
Hasta el momento, se han registrado 33 brotes en granjas, lo que ha intensificado las preocupaciones dentro del sector avícola.
Si bien las autoridades han enfatizado que el riesgo para los humanos es bajo y que el consumo de carne de ave y huevos es seguro si se cocinan adecuadamente, el impacto en los productores ha sido devastador.
Restricciones severas en Inglaterra, Gales y Escocia
Ante la gravedad de la situación, el gobierno británico ha reforzado las medidas de bioseguridad en todo el país. Se han establecido zonas de prevención de Influenza Aviar en Inglaterra, Gales y Escocia, con órdenes obligatorias de albergue para todas las aves de corral en varias regiones.
Las autoridades han señalado que las casi 1.8 millones de aves sacrificadas representan una pequeña fracción de la producción total semanal de la industria, que supera los 20 millones de aves. Sin embargo, los productores han expresado su preocupación por el impacto emocional y el temor de que la enfermedad regrese.
Compensaciones y apoyo a los productores
El gobierno ha re
iterado su compromiso de brindar apoyo financiero a los afectados, con compensaciones por las aves sanas sacrificadas en el marco de las medidas de control sanitario.
A pesar de estos esfuerzos, la incertidumbre y la ansiedad persisten entre los productores, quienes enfrentan no solo la pérdida de sus aves, sino también de sus empleos y medios de vida.